miércoles, 9 de mayo de 2012

Cuento del carpintero



Había una vez en un reino muy lejano, hace muchos años, un viejo carpintero que en sus horas libres enseñaba a sus jóvenes aprendices.

A lo largo del tiempo, nos han llegado retazos de sus enseñanzas y hoy podemos compartir dos de ellas.
La primera era cuando enseñaba la importancia del tiempo. 

El contaba que para hacer cajones de manzanas alcanzaba con la madera del álamo, cuyo periodo de crecimiento es inferior a los 2 años, mientras que para hacer algunos muebles alcanzaba con el pino, cuyo periodo de crecimiento es de alrededor de 30 años. Y ponía especial énfasis en hablar de los muebles finos y de estilo que requerían maderas muy buenas, donde ponía como ejemplo al roble que tiene un periodo de crecimiento de unos 70 años.

La otra enseñanza que ha llegado hasta nuestros días, es la de trabajar en etapas. El decía que el trabajo comienza en la necesidad, continúa en la cabeza, se perfecciona en el papel y culmina en la madera.
Con el fin de no arruinar la madera, la primera etapa consiste en definir con toda claridad, cuál es la necesidad a cubrir.

La segunda etapa consiste en pensar cuál es el modelo, estilo, medidas y formas que va a tomar nuestro proyecto.

La tercera etapa consiste en hacer múltiples bocetos en papel con diferentes modelos y medidas del proyecto terminado.

Y solamente una vez que este muy clara la planificación, se accede a la madera, sabiendo muy bien lo que se va a hacer. 

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