lunes, 5 de abril de 2010

LA ESTRATEGIA DE WALT DISNEY

La PNL pone a su alcance las técnicas que utiliza la gente de éxito. Esta afirmación queda comprobada con el ejemplo de Walt Disney. Este utilizaba anclajes espaciales para producir sus figuras fantásticas, que aun hoy en día siguen ofreciendo diversión a mucha gente y que hicieron de su descubridor un hombre de fama y éxito.

Lo que podemos aprender de Walt Disney es su estrategia de creatividad. Walt Disney no realizó su trabajo profesional en un lugar, sino en varios. Ante todo tenía reservados tres lugares distintos para la concepción de nuevos proyectos.

En un lugar soñaba, daba rienda suelta a todas las ideas, imágenes y visiones y se entregaba a ellas con alegría a través del inagotable flujo de sus fantasías. En un segundo lugar se preguntaba cómo se podían hacer realidad dichos sueños, y reunía todas las informaciones necesarias al respecto. En un tercer lugar se convertía en un duro crítico, que sometía sus planes a análisis. ¿Eran lo suficientemente interesantes? ¿Eran demasiado ambiciosos o demasiado pequeños, demasiado caros, demasiado difíciles, demasiado arriesgados, demasiado locos, etc.? Walt Disney utilizaba tres posiciones diferentes para trasladar satisfactoriamente a la realidad los productos de su fantasía, y cada una de esas posiciones representaba para él una estrategia. La estrategia creativa de Walt Disney es una estrategia de estrategias: ¡Tres estrategias en una!


Walt Disney, por lo que parece, había averiguado de forma intuitiva que con los anclajes al suelo se pueden diferenciar muy bien las distintas estrategias. Para ello evitó el fallo que comete la mayoría de las personas cuando se esfuerzan en que se les ocurra algo o en encontrar nuevos caminos para algo o en solucionar un problema desconocido hasta entonces, y que consiste en ser creativo por tan solo un corto espacio de tiempo. Y es que al tener nuevas ideas –cosa que hacen con gusto y hasta incluso valora- bloquean el proceso creativo. Es por esto por lo que todos los métodos creativos tiene algo en común: separan la fase de la búsqueda de ideas de la fase de valoración. Si usted estructura su proceso creativo según lo hacía Walt Disney, separará pues las fases aisladas de este proceso con anclajes al suelo.


Usted puede dominar una estrategia de creatividad como esta fácilmente. Para ello elija tres posiciones dentro de un mismo lugar o bien tres lugares distintos: uno para usted como soñador, otro como realista y un tercero como crítico. Al tiempo, sea consciente de donde y como sueña mejor, donde y como descubre mejor los planes realistas, y donde y como es capaz de hacer mejor la crítica constructiva. Soñar, quizá, lo pudiera hacer mejor tumbado o mirando por una ventana a lo lejos. Para la reflexión de la realización de los planes, quizá lo ideal sea sentarse en un escritorio y apoyar la barbilla en los puños. La crítica constructiva tal vez la hiciera mejor de pie, lo que le permite una mejor vista panorámica. Pruebe cual es la mejor manera para usted de soñar, planear y criticar.

Antes de empezar, ha de elegir un problema, cuya solución sea importante para usted, o encontrar una tarea cuya consecución necesite muchas ideas.

Después piense en una situación de su vida, en la que haya sido creativo, y traiga al presente con todos los sentidos esta experiencia, basándose en la cual ha tomado la posición de soñador. De esta manera ancla sus recursos y estrategias creativas a este lugar concreto. Una vez que haya abandonado esta posición, ancle de la misma forma sus recursos y estrategias de planes realistas y de juicios críticos.

Cuando haya anclado pues al soñador, al realista y al crítico que hay en usted a tres lugares diferentes, tenga presente el problema que desea solucionar o la tarea que ha de superar. Con este tema, diríjase a la posición del soñador y de la rienda suelta a sus ideas. Con el pensamiento del soñador, diríjase a la posición del realista y reflexione sobre cómo puede hacer realidad sus ideas. Y con los planes del realista, diríjase a la posición del crítico para analizar y valorar estos planes.

Con el resultado del primer recorrido, comience un segundo recorrido y deje que se le ocurran nuevas ideas sobre cómo puede considerar todo lo que ha experimentado en la posición del realista y del crítico. Vuelva a recorrer las tres posiciones, hasta que el plan, producto de su creatividad, sea satisfactorio en cualquiera de ellas.

La estrategia de Walt Disney – Ejercicio

1. Determinar el problema

Quisiera pedirte que encontraras como tema para la estrategia de creatividad, un problema que desees solucionar o una tarea cuya consecución necesite ideas. Búscate como ancla para el soñador, el realista y el crítico tres lugares diferentes dentro de un espacio, en los que puedas tumbarte, sentarte o estar de pie. Pueden ser tres lugares distintos dentro de un espacio o también elegir tres espacios diferentes.

2. Anclar la estrategia del soñador

Piensa ahora en una situación en tu vida en la que fuiste creativo, una situación en la que se te ocurrieron muchas ideas, una situación en la que solucionaste un problema con una gran cantidad de ideas. Cuando hayas encontrado una situación así, entra en tu posición de soñador y experimenta esta situación creativa con todos los sentidos. Deja que afloren todas las imágenes que ves en esta situación, escucha todo lo que haya para escuchar, sigue el curso de tus pensamientos y siente las sensaciones esta situación. Cuando, al revivir tus representaciones específicas de la situación creativa, hayas anclado tus recursos y estrategias creativas como soñador a este lugar concreto, abandona esta posición.

3. Anclar la estrategia del realista

Después piensa en una situación de tu vida, en la que hayas hecho cuidadosas reflexiones, para llevar a la realidad una idea. Puede ser una idea propia o la de otra persona o institución. Piensa en una situación en la que, a partir de una idea, hayas hecho un plan de cómo hacer realidad de forma efectiva dicha idea. Cuando hayas encontrado una situación como ésta, entra en la posición realista elegida y experimenta de nuevo esta situación con todos los sentidos. Deja que afloren todas las imágenes que ves en esa situación, escucha todo lo que haya para oír, sigue el curso de tus pensamientos y siente las sensaciones de dicha situación. Cuando al revivir tus representaciones específicamente sensoriales de la situación de los planes realistas, hayas anclado tus recursos realistas a este lugar en concreto, abandona esta posición.

4. Anclar la estrategia del crítico

Para anclar tu estrategia del crítico, recuerda una situación de tu vida, en la que hayas juzgado y criticado de forma constructiva un plan o un proyecto, una situación en la que hayas considerado los puntos débiles y los fuertes de este plan y en la que también te hayas dado cuenta de los problemas que presentaba. Nuevamente se puede tratar de un plan o un proyecto propio o bien los de otra persona. Cuando hayas encontrado una situación como esta, entra en la posición del crítico y experimenta esta situación con todos los sentidos. Deja que otra vez afloren las imágenes que ves, escucha todo lo que haya para escuchar, sigue el curso de tus pensamientos y siente las sensaciones de dicha situación. Cuando al revivir tus representaciones específicamente sensoriales de la situación de crítica constructiva, hayas anclado tus recursos y estrategias de juicio crítico a este lugar concreto, abandona ésta posición.

Así habrás anclado al soñador, al realista y al crítico a tres lugares distintos

5. Ocupa la posición del soñador

Ahora con el problema que quieres solucionar o la tarea que has de superar, entra en la posición del soñador y da rienda suelta a tus ideas. Sueña. Libera tus pensamientos. Expresa libremente todo aquellos que se te ocurra para solucionar el problema. Todas las ideas están permitidas, cuanto más fantásticas, mejor. Cuantas mas ideas se te ocurran, mejores resultados obtendrás. Después abandona ésta posición.

6. Ocupa la posición del realista

Entra ahora en la posición del realista y piensa como podrías trasladar a la realidad tus ideas. Organízalas. ¿Cómo se podrían hacer realidad estos pensamientos? ¿Qué tendría que cambiar para que se pudieran realizar? Cuando tengas un plan(es) realista(s), abandona de nuevo esta posición.

7. Ocupa la posición de crítico

Con este plan o estos planes entra ahora en la posición del crítico, para analizarlos y valorarlos. ¿Falta algo? ¿Cuáles son los puntos débiles? ¿Los puedes hacer realidad tu solo o necesitas colaboradores? ¿Cómo te han de ayudar estos colaboradores? ¿Y qué piensan ellos del asunto? ¿La cosa es interesante? ¿Quieren o no participar?

8. Segundo recorrido

Tras la crítica de tu plan retrocede a la posición del soñador y deja que se te ocurran nuevas ideas sobre cómo puedes considerar todo lo que has experimentado en la posición del realista y del crítico. Vuelve a recorrer las tres posiciones, hasta que el plan te sea satisfactorio en cualquiera de ellas.

Extraído de “El Aprendiz de Brujo II. El alumno magistral”. Alexa Mohl. Ed. Sirio

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